José Luis Morante, “Puentes de papel”, 13/12/2021
“El apartado homónimo “La luz que enciende el cuerpo” invita a un largo viaje entre los pliegues del yo más íntimo. Así se percibe en el verbo confidencial de “Salvavidas” que hace del erotismo y su celebración una lumbre, como se revela en la calidez de sus versos: “Soy una llama acuática, ventana / abierta al cuerpo nuevo, luminoso, / alumbrado del sexo con la lengua, / con los dedos que se hunden en la noche”. El recuerdo asedia el pensamiento y se convierte en fuerza interna para fijar el imaginario deslumbrante del deseo, su resplandor callado cuando acecha la noche en soledad. Se hace canción y vida reclamando la voz común de lo femenino. La afirmación de su quehacer tiene en la escritura un cuarto propio y un aliento común que reivindica la pulpa impetuosa de la vida, su libertad pactada, su vuelo ante los otros.”